domingo, 24 de enero de 2010

Azul

Hola a tod@s!! Aqui os dejo un fragmento de algo que estoy escribiendo ahora, "Azul", es una historia basada en experiencias personales os animo a que la leais y me dejeis vuestros comentarios. Un saludo, bluefairy.


A la persona que una vez lleno de azul mi vida y tanto me hizo crecer y madurar, gracias por todo!!!!
**es todo lo que se le puede decir de alguien, que le cuenta a esa persona tan especial todo lo que le hace sentir, tiene claramente el significado de TE AMO...


Capítulo 1
La bienvenida


Primer día de instituto. La entrada está invadida por una gran multitud de chicos y chicas que se saludan con entusiasmo tras las vacaciones. Al entrar con Eva, una vieja pero desconocida amiga, intento gravar en mi mente todo lo que veo: Aún lado, observo un grupo de alumnos algo mas veteranos, charlando animadamente sobre su concepción de chica ideal...Al otro, se distingue claramente a otro grupo de alumnos algo mas novatos... en sus ojos se puede leer miedo: ese miedo que los seres humanos nos empeñamos en conservar, ese que nos paraliza y no nos deja actuar con naturalidad, miedo a lo desconocido...De repente, todo el murmullo se ve interrupido por la sirena, es un sonido similar al de alguna emergencia. Nos conducen a todos a una gran sala, en la que nos van nombrando y asignando nuestro profesor.

Después de una larga espera, por fin pronuncian mi nombre: Daniela Hoyos, primero C. Mi nombre figuraba casi al final de la lista, por lo que la espera para ir a mi nueva clase fue corta.
Una vez en clase, con Eva y el resto todos nos mirábamos con caras asustadas, mientras que el profesor intentaba minimizar aquel traumático momento para unos, y glorioso para otros.
Yo siempre había soñado con llegar al instituto, pero nada mas entrar me llevé un gran desengaño, que poco a poco iría aumentando...El instituto nada tiene que ver con como me lo pintaban las series americanas que veía de pequeña: no había un equipo de animadoras, ni baile de fin de curso ni otras muchas cosas...

Capítulo 2: Elena

En el segundo día de curso, a los 10 minutos de haber empezado la clase, llegó Elena, pidiendo disculpas por el atraso se sentó rápidamente y abrió el libro intentando encontrar por donde íbamos. Ni si quiera me percaté de ella en la presentación, pero ella ese tipo de persona a la que nunca me acercaría, nunca podríamos quedar o mantener una conversación...no me causó una buena impresión.
Yo venía de un colegio pequeño, donde todos nos conociamos y todo la clase, salvo dos o tres, éramos una piña.
Ella no encajaba con ningún prototipo de amiga que yo tenía.
No era de las que iban de guays por la vida, pero tampoco de tonta... ella era la independiente, la que no necesita a nadie para hacer nada, además no le preocupaba el tema de los chicos o el aspecto y todas esas frivolidades que se tienen a esa edad.

Sin duda, todas esas cualidades eran nuevas para mi, y de ahí ese rechazo...

Capitulo 3: Un principio y un fin

Después de algún tiempo Eva y Elena empezaron a ser amigas. Yo no veía con buenos ojos a Elena, pero tampoco quería quedarme atrás, así que intente ser la chica mas encantadora del mundo y decidí darle una oportunidad.
Por extrañas razones de la vida y pese a ser muy tímida, un buen día me planté en su mesa y le dije:
- ¿Hiciste toda la tarea de ciencias?
- Si- me contestó animadamente Elena
- ¿Me podrías dejar algunos ejercicios...?
- ¿Y por qué no se lo pides a Eva? Seguro que los tiene
mejor que yo.

En ese momento me quedé en blanco, tenía su parte de razón. Eva era una alumna de sobresalientes y además mi
amiga...pero aun siendo cierto que no tenía hecha la tarea, yo lo único que buscaba era una excusa para acercarme a Elena. Así que no me quedó más que improvisar con lo primero que se me vino a la cabeza.

- Ya le pedí los de matemáticas a ella, es que ayer no me dio tiempo a terminarlo todo y como no me de prisa, tampoco los terminaré ahora.
-No te preocupes no son largos, aquí tienes.

Esas fueron nuestras primeras palabras, y sin duda a partir de ese momento serían muchas más. Poco a poco fuimos cogiendo confianza la una con la otra, de repente mi opinión sobre Elena había cambiado radicalmente y también
fui conociendo a su inseparable amigo Pablo, siempre estaban juntos.
Un buen día, me llevé una gran sorpresa al ver que empezaron a llegar a mi mesa misteriosas notas de amor...no tenía ni la menor idea de quien podría ser.
Al cabo de dos días me dijo Pablo que el autor de esas notas. De repente me sentí mal al saber que iba a dañar a alguien, porque ese amor no era correspondido. Pero la sorpresa no acabó ahí, al final del día decidí ir a hablar personalmente con Pablo y mi sorpresa fue mayúscula cuando el me dijo que no había escrito esas notas, ni sabía nada del tema...
Pablo no tardó ni un segundo en contárselo a Elena, y ella vino a mí interesándose por el tema.

Cuando terminé de contarle todo, ella empezó a reírse mucho y entre risas me dijo:
- He sido yo, os he gastado una broma a ti y a Pablo.

Yo soy una persona muy sería, no me gustan las bromas, pero el carácter tan extrovertido de Elena no lo entendía. Me enfadé muchísimo con ella y como venganza decidí dejar de hablarle.


Capitulo 4: ¿Un nuevo comienzo?

Elena trató de explicarme una y mil veces que todo había sido una broma, pero yo tenía que mantener mi postura.
Eva y Elena cada vez se entendían mejor, así que cuando Elena se acercaba a Eva o viceversa yo me marchaba a otro lugar.

Pero a pesar de todo, no puedo estar mal con nadie y mucho menos no hablarle, así que decidí terminar con aquella situación y para ello recurrí a la misma táctica de la primera vez, pero esta vez en lugar de ciencias, le pregunté por historia. Me acerqué a su mesa y le dije:
- ¿Hiciste la tarea de historia?
- ¿Tu no estabas enfadada conmigo?
- Ya no.
De una forma u otra esa era mi manera de pedirle perdón.
- Lo siento pero no los tengo- me contestó Elena.
- No te preocupes, no importa.

A partir de ese momento, firmamos las paces y empezamos a hablarnos de nuevo. Cada vez pasaba mas tiempo con ella, un recreo sin su presencia no era recreo y pese a que no compartíamos un mismo grupo de amigas, ella siempre venía donde estábamos nosotras a echábamos unas risas.
Poco a poco Eva y yo nos distanciamos de nuestro grupo para irnos con Elena. Con ella y su grupo nos sentíamos mejor que con nuestras propias amigas.


CONTINUARÁ

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